Evitar el uso de trapos viejo y esponjas percudidas, ya que cuando la suciedad se quede atrapada puede rayar.
La mejor forma de lavar las superficies de tus llantas es con un cepillo de cerda semidura. Pero para los rines, bastará con un cepillo de dientes que ya no uses. Con éste último puedes llegar a las partes más inaccesibles del rin sin dejarle marcas desagradables a la vista.
No usar líquido a base de silicona o disolventes que a la larga pueden manchar la pintura.
Si se lavan los rines cuando todavía están calientes solo se provocará que el jabón y agua se sequen rápidamente y podrían mancharlos